Se alza esbelto y orgulloso a la entrada de nuestro Pueblo por la carretera de Ubeda, justo en el cruce de la carretera interior, antiguo camino de Cazorla y la de circunvalación para Valencia.
El autor de esta obra arquitectónica es D. José Bernal Ordoñez, artista sevillano, visitante asiduo y amigo declarado de nuestro pueblo, sus gentes y sus costumbres. Autor de gran sensibilidad y gusto exquisito ha sabido plasmar la obra del escritor soriano y su relación con nuestro pueblo.
El Monumento consta de dos muros entrelazados, uno de ladrillo visto y otro rústico, revestido de cemento y encalado. Delante de ellos se eleva una gruesa y alta columna forjada en cemento que, a modo de cirio, remata en su parte superior con unos derrames de acero, también negros, a modo de cera derretida. Todo el conjunto está enclavado sobre un serie de escalinatas concéntricas, de distintas alturas, direcciones y longitudes, de mampostería con piedras de nuestros campos. Sobre uno de los muros, el de ladrillo visto, está adosado, en piedra blanda blanca, el relieve de la cabeza de D. Antonio Machado y bajo la misma, en la pared blanca, con letras de forja negras, la famosa frase del escritor: ¡Torreperogil, quién fuera una Torre, Torre del campo del Guadalquivir!.
El relieve del escritor es la segunda obra que disfrutamos en nuestro pueblo de nuestro paisano, gran artista y aún mejor persona, Francisco Lara y "Marijuano", como a él le gusta que le llamen en su profesión de escultor. Es autor también de la escultura a la Mujer Torreña, que podemos admirar a unos escasos doscientos metros de donde nos encontramos ahora. El monumento está inacabado según el proyecto presentado en su día. Le falta sembrar cinco cipreses que, tras los muros, acompañen estéticamente en altura a la columna central, den un fondo de verdor al conjunto y proclamen, con su bienvenida, la hospitalidad de los torreños y torreñas para con todo el que nos visite o pase por estas tierras.
La cultura y el saber popular fuertemente entremezclados y enraizados en lo más profundo del sentir de los pueblos originan y hacen florecer luz poderosa y gigante que ilumina y da sentido a nuestras vidas.